JENSEN MEDINA Y HECTOR O'NEILL, TANTO NADAR, PA' MORIR EN LA ORILLA...
Antes que nada empezaré por decir que éste escrito lo hago con el más profundo de los respetos y deferencia a la clase togada del país.
Debo reconocer que me considero un frustrado y ético abogado penalista a la decimoquinta potencia.
Aunque un gran amigo letrado un día me dijo y cito: "Dale gracias a Dios que no lograste ser abogado, porqué serías un abogado malamañoso". Obviamente, que inmediatamente le contesté, "Pues no concurro contigo"
El ventetu y el merecumbe, mi indesarrollado sistema cognitivo, mis años como Dj en WKAQ AM y FM entre otras emisoras, el matrimonio, y luego el mundo de los negocios, en los que by the way, gracias al "Padre Increado" tuve muchísimo éxito, me llevaron a regresar a la Universidad a los 50 años.
En ésta, me cogieron con pala, de noche y llevando el asiento. Pues tenía un promedio de D- que venía arrastrando desde la década del 70 logrado en el antiguo e icónico Puerto Rico Júnior College de Rio Piedras, después de pasar gran parte del tiempo en el salón de clases de la barrita de al frente.
Pienso que al verme tan viejo y canoso se dijeron en la Universidad y cito: "vamos a darle una oportunidad a éste viejancon pa' que mate el tiempo y se salga de la jodedera en la brea".
Para no cansarlos, levanté ese mugroso y vergonzoso promedio logrando terminar mi bachillerato en Justicia Criminal graduandome Cum Laude. La práctica del bachillerato la lleve acabo en el Centro Judicial de Hato Rey, fueron muchísimas horas.
En éste, tuve la oportunidad de prescenciar incontables casos desde Regla 6 hasta su final y conocer a innumerables letrados penalistas y dignos profesionales de la justicia que llevan con mucho orgullo su título de Honorables. Soy incapaz de llamarle Honorable a quien yo entiendo que no se lo merece. Que ésto les quede bien pero que bien, meridianamente claro.
Sin embargo, admito que también conocí desafortunadamente a des-honorables. Éstos, muy responsables de igual manera de formar parte del asqueroso y prestigioso rompecabezas que compone la rampante impunidad que hoy día se vive en Agueybanalandia.
Es de ahí que emana mi frase y la cito: "Nunca olvides que tanto la justicia como la democracia y las religiones, son pura fantasia". Me sobran las evidencias para probarla más allá de la "Regla 110 de Procedimiento Criminal".
Dicha práctica en Justicia Criminal fue supervisada bajo extrictos y rigurosos parámetros educativos por la distinguida profesora, la Sra. Mayra Hernández; una autoridad en el campo de la Justicia Criminal en Puerto Rico.
Ese logro me llevó a plantearme de si debía o no continuar camino a la Maestría. Pues lejos del enorme esfuerzo que tuve que hacer a mi edad, viejo y enfermo, tampoco es menos cierto que el estudiar de noche requiere de gran apoyo de la esposa e hijos.
En mi caso, gracias al "Padre Increado" el apoyo tanto de mi amada Sra. como de mi pedazo de cielo, mi hija, el apoyo y la motivación que día a día me brindaban siempre fue monumental e incondicional.
Una vez uno se tira a navegar en las profundas aguas de una maestría, se acaban casi todos los eventos familiares, por no decir todos.
Uno de los casos que vi en dicha práctica del bachillerato desde el día uno hasta su desenlace final fue el del asesinato del canadiense en el Viejo San Juan, Adam Anhang y Madame Áurea Vazquez Rijos.
Caso que me sirvió de inspiración para entrar a la maestría con el norte de hacer una tesina sobre el sistema de jurados en Puerto Rico ante la imparcialidad de los medios de comunicación. Tema que al final, se me fue aprobado por la Universidad.
En éste sonado caso a nivel internacional los jurados legos que en él intervinieron jamás entendieron el significado de la duda razonable. Aún cuando el Hon. Juez Abelardo Bermudez Torres se lo explicaba una y otra vez.
En dicho juicio, las dudas razonables se multiplicaron como moscas. De hecho, en éste Blog tengo el análisis que le hice a mi profesora de mi apreciación de dicho caso.
Durante los años que estuve haciéndo la maestria enfermé gravemente quedando hospitalizado por tres meses en el Auxilio Mutuo. Luego dos semanas en el Millennium en Caguas y otro montón de semanas posteriormente en mi hogar.
Un sábado de un fin de semana de Acción de Gracias fui a levantarme de la cama y me encontré sin movimiento alguno de la cintura hacia abajo. Me sacaron en ambulancia y no regresé a mi hogar hasta casi 4 meses después.
Finalmente, a los 60 años con la ayuda del Padre y la motivación de mi esposa e hija logré terminar una maestría en Justicia Criminal, Criminología e Investigación con un promedio de 4.00 y una tesina publicada en la revista académica Ámbitos de Encuentros de la Universidad AGM, Recinto de Carolina, Puerto Rico.
Hoy día para la "Gloria del Padre Increado" utilizada por profesores de escuelas de Derecho y Comunicaciones como una herramienta suplementaria de estudio.
Su titulo: "La Imparcialidad del Jurado En Puerto Rico Ante La Influencia De La Cobertura Mediática"
La puede leer si lo desea, en el volumen 6 número 1, 2013
Fueron muchas las veces que le dije a mi esposa que no iba más, queria rajarme. Y ella me contestaba y cito: "Dale que tu puedes, imposible que a estas alturas te vengas a rajar"
Dicha tesina fue magistralmente dirigida y supervisada, bajo "super" extrictos y rigurosos parámetros educativos por el Dr. Ángel Toledo Lopez, otra autoridad en el tema del Derecho y el campo de la Justicia Criminal en Puerto Rico.
Pero bueno, me he salido totalmente del tema al cual quería referirme desde el principio. Me he tomado el tiempo y se los he tomado a ustedes contándoles toda ésta verborrea para poder sentar las bases de donde emana mi pensamiento crítico.
Ya sea analizando temas legales o de medios de comunicación. Pues al haber sido parte de éstos, se muy bien como es que le entra y le sale el agua al coco.
En los pasados tres años more or less se vieron en los Tribunales de Fajardo y Bayamon dos casos que se convirtieron ambos en los llamados casos de "Alto Perfil Mediático".
Es decir, bizcocho de Titi para alimentar el voraz apetito por los ratings de los medios de comunicación y el ya más que conocido morbo del Agueybanense.
Si usted se toma el tiempo de leer mi tesina podrá aprender la receta de cuáles son los ingredientes necesarios y cómo poco a poco los medios los van cocinando y convirtiendo en un apetecible cocido madrileño de ratings y morbo.
Lo que al final del día, convierte la receta "legoculinaria" en cuantiosas sumas de dinero, producto de las ventas de anuncios comerciales.
Como en éstos siglos XX y XXI todo el que desee tener éxito en los negocios debe o tiene que reinventarse, la Justicia no es la excepción. Ahora ese morbo Agueybanense coge oxígeno y se prende en incontrolable candela al transmitirse los juicios de alto perfil mediatico por la pantalla.
Cosa que es más viejo que el frío, pues en Estados Unidos se lleva haciendo por mas de una década. Mucho tardó en llegar a Agueybanalandia.
A mi juicio, un horrendo disparate jurídico, puesto que la imparcialidad del proceso y la del juzgador de hechos, coge las de Villa Diego. Lo siento por el que no concurra con mi opinión. Ya era mucho con demasiado lo que los periodistas en Sala iban filtrando a sus respectivos medios. Añadiendole hoy día también el Santo y Sacro Santísimo agravante de las requete dañinas redes sociales.
Es un negocio redondo, todos ganan menos las víctimas sus victimarios, los familiares, amigos y allegados de éstos. Los letrados penalistas ganan grandes sumas y a los Fiscales les aumenta su prestigio para cuando se retiren y se conviertan en abogados de defensa penal al abrir sus kioskos perdón, quise decir sus bufetes, ya tengan su marketing más que cuadrao y hecho.
A lo que voy:
1) Un abogado penalista ni es Harry Houdini, Harry Potter y mucho menos "Él Padre Increado"
2) Su verdadero trabajo consiste en velar que mientras se juzga a un imputado de delito grave no se le violen a éste sus derechos constitucionales. Es decir, salvaguardarle el debido proceso de ley, reglas de evidencia etc. etc. Jamás le puede prometer una absolución o una no culpabilidad a su cliente.
3) De un mínimo de tres personas involucradas directamente en la defensa de un imputado de delito grave, dos de estas saben toda la única y exclusiva verdad de lo sucedido.
La primera es El Padre Increado y la segunda el imputado. La tercera debería ser su abogado o sus abogados de defensa. Si es que su cliente le narró la puritita verdad sobre los hechos que se le imputan.
Cosa que me consta que hasta el más ruqui de los abogados le exigiría a éste que le contara. ¿Porque? pues sencillamente a ningún abogado le gustan las sorpresas que en medio del juicio le puedan tener reservadas "Él Ministerio Público". O, en Castilla la Vieja, los Hon. Fiscales.
4) A los dos juicios a los que me refiero hoy día es al de Jensen Medina y al de Hector O'Neill. En éstos, no me cabe la menor duda que tanto los Lcdos. Gordons como el Lcdo. Harry Padilla en ambos pleitos, tenían pleno conocimiento de los verdaderos hechos ocurridos con lujo de detalles.
5) Supongamos que mi teoría de que en ambos casos todos los letrados envueltos tenían pleno conocimiento de cómo, cuando, donde y porque ocurrieron los diferentes hechos imputados a sus clientes.
6) ¿Porqué seguirle alimentando a sus respectivos clientes las múltiples posibles falsas expectativas?
7) No me cabe la menor duda que todos ellos hicieron un espectacular y monumental trabajo en ambas defensas. Parecían leones hambrientos del Zoológico de Guillito en Mayaguez. Utilizaron todas las tácticas y técnicas de defensa inventadas y por inventarse.
8) Aún cuando ya en medio de ambos casos les explotaron nuevos subcasos se las sacaban de la "manga productions" para que la caja registradora no dejara de sonar. Y en plena Plandemia, ¡hombre por Dios, mejor no podría ser!
9) Finalmente, usted podrá acusarme de que desde las gradas es un mamey abrir la boca o escribir lo que me venga en gana. Y tiene razón, estoy viendo el juego, no estoy jugando en él.
10) Sin embargo, para concluir este dichoso y canson mamotreto lo terminaré haciéndo unas cuantas preguntas. Las mismas están basadas en mi teoría de que todos los defensores conocían la única y exclusiva verdad.
a) ¿No hubiesen salido mejor los acusados si desde el comienzo de los pleitos hubieran alzado las manos?
b) ¿Jensen no hubiera salido en una negociación con fiscalia con un asesinato de un menor grado y probablemente los cargos por ley de armas tal vez al menos uno de ellos se hubiera archivado?
¿Y posteriormente luego de cumplir los años requeridos calificar para una probatoria? Sin embargo, ahora se expone a vivir el resto de sus días en el Bayamon Hilton. Dejando sus pobres polluelos y sus viejitos al garetousqui.
c) ¿El sufrimiento causado a sus padres no hubiese sido muchísimo menos esperando el sueño de un injusto milagro?
d) ¿Cuanto dinero necesario para concluir sus pasos por ésta dimensión se hubiesen económizado?
e) ¿Cuanto sufrimiento tanto para toda su familia, amigos etc. hace rato que ya se debiera haber convertido en aceptación y resignación?
f) En el caso de O'Neill sucede lo mismo. ¿Cuanto ha sufrido su esposa, hijos y demás familiares esperando otro injusto milagro?
g) ¿Canto dinero se les ha hecho gastar a los contribuyentes en ambos casos?
h) ¿Es o no es cierto que en un caso hubo un asesinato y en el otro hubo varias víctimas de violencia doméstica, hostigamiento sexual y laboral etc. etc.?
i) ¿Podría O'Neill en vez de haber pagado $12,000.00 haber negociado la mitad y otro tipo de sentencia si antes hubiera alzado las manos?
Podría continuar haciendo preguntas, pero reconozco que ya ha sido mucho con demasiado. Recuerden que estas preguntas las he hecho basadas en mi teoría de que los abogados de defensa de ambos pleitos conocían desde el día uno la verdad.
Por último, ¿Quienes fueron los grandes ganadores de ambas novelas de la vida real? Los Abogados, los Fiscales y los Medios de comunicación. ¿Me equivoco?
Todos ellos pudieron haber ganado, para eso se quemaron las pestañas, cooooño, pero razonablemente y teniendo como único y exclusivo norte la búsqueda de la verdad y la Justicia, no el enriquecimiento a costa del sufrimiento.
Dedicado a: XEFJ/2021
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