BREVE HISTORIA DEL FUTURO...
Sucede igual en el famosisimo libro "Un Mundo Feliz" escrito y publicado hace casi 100 años.
Un mundo feliz es la novela más famosa del escritor británico Aldous Huxley, publicada por primera vez en 1932.
La novela es una distopía que anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos e hipnopedia, manejo de las emociones por medio de drogas que, combinadas, cambian radicalmente la sociedad. Incluso, nos anticipó los bebés de probetas.
Cuando usted compara estos verdaderos profetas con los que dicen llamarse como tal hoy día, se da cuenta que los actuales casi siempre religiosos o adivinadores llega a la inequívoca conclusión que son verdaderos farsantes y payasos en nuestra actual sociedad.
Donde su único y exclusivo propósito es la manipulación de sus hermanos en el planeta mediante el uso del miedo y el terror.
Que luego de haber puesto a la población a temblar por semanas, décadas y hasta años, cae en tiempo y se da cuenta que no pegan una.
Muy diferente a estos escritores que han dejado plasmado en sus obras literarias los acontecimientos que sucederian en el futuro. Y así ha sido.
Para que lo pueda entender más fácil, en Puerto Rico hay un famosisimo evangelista que desde que yo tengo uso de razón lleva prediciendo un enorme terremoto de proporciones insospechables.
Tengo 68 años y todavía lo llevo esperando. Mientras tanto éste manipulador de masas se ha hecho millonario con sus famosas predicciones. Que si mi memoria no me falla, no ha pegado una sola.
Pero sin embargo, en un pueblo que no se educa el mismo es tierra fértil para que estos individuos sigan engordando sus arcas.
Por otra parte y no menos importante aún, la ciencia y las estadísticas de la meteorología nos dice que cada 100 años debe ocurrir un terremoto de grandes proporciones en Puerto Rico. Los 100 años pasaron hace rato.
Luego de tantos certeros e inequívocos sucesos y ejemplos es por lo menos para que un pueblo aunque sea analfabeta didacticamente haya despertado a la verdad y a la realidad. Pero lamentablemente no ha sucedido y mucho menos creo que sucederá.
El tiempo será el único y verdadero exclusivo juez. Solo nos queda esperar comiénonos unas hojuelas de maíz, sentados muy comodamente.
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